jueves, 29 de marzo de 2012

Aprende a dar un masaje erótico paso a paso

Un masaje erótico puede ser una herramienta perfecta para disfrutar con tu pareja en un ambiente relajado y muy agradable. ¡Aprende a darlo paso a paso!

Los masajes eróticos son perfectos para intimar y sentirse más confiado junto a la pareja. Nos ayudan a conectar, a descubrir más sobre el cuerpo de nuestro amante y a encontrar zonas erógenas que aún no conocíais para hacer crecer poco a poco la excitación. ¡Aprende a dar un masaje erótico paso a paso!
El tacto es parte importante de la sexualidad, y utilizando las manos o la boca podemos transmitir mucho a nuestra pareja. Los masajes eróticos sirven para estimular, pero también despiertan un mundo de sensaciones a menudo olvidadas en nuestro día a día.
Un masaje sexual prepara nuestro cuerpo para el placer y la excitación. También relaja los músculos, elimina tensiones, calma los nervios y ayuda a desconectar, por eso sirve para olvidar preocupaciones y problemas y ayuda a concentrarse en las sensaciones placenteras.
Para dar un masaje erótico hay que buscar un momento y lugar apropiados. No hay que tener prisas, sino encontrar un momento de tranquilidad en el que podamos desconectar el teléfono y en el que nadie nos vaya a interrumpir. Un lugar tranquilo, sin ruidos y muy cómodo es imprescindible.
La temperatura es importante y, si queremos estar cómodos desnudos el lugar donde daremos el masaje tiene que estar a unos 25º C. La persona que recibe el masaje puede tumbarse en una cama, un sofá o en el suelo, por ejemplo encima de una edredón.
Es mejor utilizar una luz tenue (las velas ayudan a crear un buen ambiente), algo de música relajante de fondo y un aroma agradable, como el del incienso. Si quieres un preámbulo perfecto, combina una copita de cava con algo de fruta o unos bombones.
Utiliza una loción o aceite de rápida absorción para dar el masaje. Las cremas son peores porque tardan más en ser absorbidas por la piel, y además no suelen tener un sabor agradable, lo que no es adecuado si luego queremos estimular con los labios o la lengua.
Antes de empezar, desviste a tu pareja y pídele que se tumbe boca abajo, con la cabeza ladeada y los brazos doblados a la altura de la cabeza. Cúbrele las nalgas con una toalla suave y siéntate encima, o a un lado, ya sea de pié (si tu pareja no está en el suelo) o sobre un cojín. Lo importante es estar cómodos.

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