lunes, 27 de febrero de 2012

Terapia Para Adolescentes.

Taller impartido por: Clarivel de la cruz.

Pues, en algunos casos la falta de concentración puede derivar de un desequilibrio físico. Algunos investigadores creen, por ejemplo, que el trastorno por déficit de atención se debe a una disfunción de los sistemas neurotransmisores del cerebro. Hay jóvenes que tienen problemas médicos no diagnosticados, como pérdida de la audición o de la vista, que también pueden obstaculizar la capacidad de concentración. Los investigadores han descubierto que a los jóvenes, en general, les cuesta mucho más concentrarse que a los adultos. De modo que la falta de atención es común entre los jóvenes y raras veces obedece a trastornos médicos.

Si se te dificulta concentrarte, lo más probable es que estés experimentando los dolores del crecimiento. Al acercarte a la edad adulta, tus patrones de pensamiento cambian.  ‘en las primeras etapas de la adolescencia surgen nuevas facultades conceptuales’. Adquieres la capacidad para comprender y analizar conceptos y pensamientos abstractos; empiezas a tener un entendimiento más amplio de la moral, la ética y otras cuestiones profundas; comienzas a pensar en tu futuro como un adulto.

¿Cuál es el problema? Que todos estos pensamientos, ideas y conceptos nuevos que rondan en tu cabeza pueden distraerte mucho. Ya no piensas al estilo sencillo y básico de un niño; ahora tu cerebro te impele a analizar y cuestionar lo que ves y oyes. El comentario de un maestro o un orador puede hacer que emprendas una emocionante excursión mental. Pero, a menos que aprendas a controlar tus pensamientos, te perderás información valiosa. Apartar algún tiempo todos los días para sentarte, reflexionar y organizar tus pensamientos puede contribuir a que te concentres más en otras ocasiones.

Tus emociones también pueden ser una fuente de distracción. Aunque tratas de concentrarte en lo que estás leyendo o escuchando, descubres que estás pensando en otras cosas. Oscilas entre el aburrimiento y el entusiasmo, entre la depresión y la euforia. Pues bien, ¡tranquilízate! No es que estés volviéndote loco. Con toda probabilidad, es simplemente que tus hormonas te están trastocando. Estás experimentando los cambios de la pubertad.

Kathy McCoy y Charles Wibbelsman escriben: “Los sentimientos abundan en los años de la adolescencia [...]. El carácter temperamental, hasta cierto punto, forma parte de ser adolescente. Parte de ello tiene que ver con la tensión que provocan los cambios que estás experimentando ahora mismo”. Además, te aproximas a “la flor de la juventud”, el tiempo en que el deseo sexual alcanza su punto máximo. La escritora Ruth Bell dice: “Las modificaciones corporales de la pubertad suelen ir acompañadas de fuertes sensaciones sexuales. Quizás descubras que piensas más en la sexualidad, que te excitas más fácilmente y que a veces incluso estás absorto en asuntos sexuales”.

Cuanto más aprendas a controlar tus emociones, más fácilmente podrás concentrarte.

Como tu cuerpo está en etapa de crecimiento, precisas dormir lo suficiente para que te desarrolles físicamente y para permitir que tu cerebro organice la multitud de conceptos y emociones nuevos con que te encuentras a diario. Sin embargo, muchos adolescentes tienen una agenda tan apretada que les deja poco tiempo para dormir. Cierto neurólogo comenta: “El organismo no olvidará las horas de sueño que una persona le debe. Por el contrario, siempre las recordará y le pasará súbitamente una cuenta que puede traducirse en fallos de la memoria, problemas de concentración y lentitud de pensamiento”.

Algunos investigadores creen que el simple hecho de añadir una hora o más de sueño cada noche puede aumentar considerablemente la capacidad de concentración. Pero es muestra de sensatez descansar lo suficiente para que el cuerpo funcione de forma satisfactoria.

Otro problema puede ser la dieta. Los alimentos grasosos y azucarados son muy populares entre los adolescentes. Según los investigadores, aunque la comida basura tenga un sabor muy agradable, parece que reduce la agudeza mental.

Los estudios indican asimismo que el rendimiento mental disminuye tras la ingestión de carbohidratos, como el pan, los cereales, el arroz o la pasta. Ello tal vez se deba a que los carbohidratos elevan los niveles cerebrales del compuesto químico llamado serotonina y hacen que a la persona le dé sueño. Algunos nutricionistas sugieren comer alimentos ricos en proteínas antes de realizar cualquier actividad mental.
Por años, los educadores han creído que la televisión y sus imágenes de movimiento rápido acortan la capacidad de concentración de los jóvenes, y algunos culpan también a los terminales de computadora. Aun cuando los expertos no acaban de ponerse de acuerdo sobre los verdaderos efectos de estos inventos modernos en la juventud, pasar una cantidad excesiva de tiempo mirando la televisión o divirtiéndote con juegos de computadora no puede ser saludable. Un joven admite: “Cosas como los videojuegos, las computadoras e Internet nos condicionan a los jóvenes a conseguir rápidamente lo que queremos”.

El problema es que muchas cosas en la vida solo se obtienen con esfuerzo, perseverancia y con la tradicional paciencia. Por lo tanto, no debes suponer nunca que las cosas tienen que ser veloces y entretenidas para ser de valor. Aunque ver la televisión y jugar juegos de computadora resulte divertido, ¿por qué no pintas, o dibujas, o aprendes a tocar un instrumento musical? Estas destrezas pueden aumentar tu capacidad de concentración.


No hay comentarios:

Publicar un comentario